martes, 30 de diciembre de 2008

Con más juicio en el 2009

Terminé el 2008 bien. No estoy segura si soy en palabras de mis amigas colombianas, más juiciosa (traducción al español mexicano: "siendo mejor persona, más centrada y responsable"), pero definitivamente aumentó mi juicio, al brotar otra parte de una muela que vio la luz hace 5 años. Su llegada no fue exactamente bien recibida. Coincidió con un día de viaje y trajo varias molestias que me llevaron al consultorio de mi abuelo y a toda mi familia a posponer la salida.


El viaje en sí fue como muchos que hemos emprendido, interesante. Despues de tres horas y media de carretera más las respectivas paradas por burritos y seguro, añadimos casi tres horas de cruce del puente. Sí, TRES HORAS en Sta. Teresa en domingo (ó 172 minutos de nuestras vidas). Cuando por fin pasamos la frontera, momentos antes de que cerrara el puente, nos detuvimos a que mi hermana sacara otro permiso de viaje, sólo para que le cerraran la puerta en las narices. Pero eso no fue todo... nuestro trayecto se alargó media hora cuando la querida troca, víctima de falta de gasolina y años de duro servicio, empezó a fallar. Estábamos a algunos kilómetros de una gasolinera, en una zona sin luz y despoblada con un frío intenso y en un vehículo a punto de matarse. Creo que llegamos a una Shell por el puro deseo de no tener que salir a ver que podíamos hacer.


Con todo eso detras y habiendo disfrutado de una cena sin problemas y dolores, gracias a las medicinas, me dispuse a dormir. Pero la batalla por el incremento del juicio en mi persona no había terminado aún. Me levanté al día siguiente más hinchada y adolorida, le enseñé a mi hermana mi situación bucal y me dijo que en efecto, me veía muy cachetona y adentro no se veía bien. Aparte de todo yo no estaba tan segura cual era el problema que padecía, puesto que me dolía el lado derecho de la garganta y el lado derecho de la boca, que se me hacía raro por no saber si era un efecto de la muela, o de la garganta o una mezcla de ambas cosas.


La respuesta me la dio el novio de mi prima, que como estudiante de medicina me diagnosticó. Me dijo que la infección de la mitad de la garganta era una simple coincidencia sincrónica con el descubrimiento parcial de mi muela, pero que con el tratamiento que estaba tomando mejorarían los dos. Cabe señalar que la opinión médica fue respaldado por las otras cinco personas presentes, que junto con Alonso y la luz guía de una linterna se asomaron a mi boca. Les puedo decir que es bastante raro tener a la mamá, a la tía, a tres primas y al novio de una de ellas tratando de ver más de lo que una generalmente enseña, por decirlo así, sobretodo cuando emiten comentarios como "¡eres buenísima abriendo la boca, Mariana!" o "¿cómo te metes el dedo hasta la garganta?, no podrias ser bulímica".


A un día de terminar el tratamiento y de estar mucho mejor de mis dos padecimientos de salud estoy feliz de informarles que el aumento de juicio ha sido aceptado, bajó la hinchazón y el dolor y ahora solo tengo un poco más de blanco en mi boca. Luego les contaré si me lo quedaré o si tendré que perder algo de juicio en aras de la salud dental. Mientras tanto les deseo un muy Feliz Año 2009, espero que aunque aumente o disminuya su juicio a lo largo del mismo, por lo menos disfruten mucho sus comienzos.


PD: Acabo de regresar del dentista, que todo está bien con mi muela, tomaré más desinflamatorios y seguiré con el antibiótico. La mala noticia es que mi infección progresó a un mega resfriado, así que pasaré mis últimos días de vacaciones recuperándome para empezar a trabajar.

viernes, 19 de diciembre de 2008

¡¡¡Ya tengo trabajo!!!

Por fin ya llegó a su fin la incertidumbre en mi vida... por el momento. Me quedo en Investigación y Enlace en la OSC donde hice mis prácticas y servicio social, es lo que me encanta. Estoy super contenta y agradecida de tener un trabajo que me guste, especialmente en estos tiempos, luego les platicaré cómo voy en enero cuando empiece.
Ahora estoy considerando empezar una maestría también el año que entra. Pensé que una vez graduada y con trabajo las decisiones y la necesidad de sopesar costos de oportunidad terminarían, pero creo que de aquí en adelante no cesarán, c'est la vie...

jueves, 18 de diciembre de 2008

LRI comparte sus profesiones frustradas

Ahora que ya me gradué oficialmente de Relaciones Internacionales me he puesto a pensar que en verdad estudié es lo que más me gusta. Me encanta de mi carrera que se compone de diferentes áreas y materias súper diferentes, aprendí de todo un poco, y ya la especialización depende de cada quién.

Entre las profesiones que dejé de lado también hay mucha diferencia. No me acuerdo exactamente qué quería ser de chiquita, jugaba a las “amigas” con mi hermana, a la escuelita, etc. pero sin miras a algo profesional. Ya un poco más grande como de unos 8 ó 9 años se me metió la idea de ser arqueóloga o paleontóloga, me encantaba eso de andar escarbando y descubriendo cosas viejas, aparte que desde entonces me gustaba la historia. Cuando íbamos a El Paso, subíamos un “cerro” en el patio de mis primos y buscábamos huevos de dinosaurio, y en el rancho entre la arena, yo me armaba con palitas y pinceles para encontrar fósiles y puntas de flecha. Lo chistoso es que yo jamás encontré nada, mi hermano fue el que sin querer, aventando piedras a las gallinas de los vaqueros, encontró un fósil padrísimo de conchas marinas petrificadas.

Ya más grande, en secundaria, descarte la idea de andar metida en excavaciones y me llamaron la atención las Relaciones Internacionales. En un plan de vida que hice de tarea en segundo de secundaria, mencioné la carrera como la que quería estudiar, porque me gustaban los idiomas, viajar y porque quería trabajar en la ONU. Ni idea tenía entonces de nada, jajaj.

Para finales de prepa, cuando fue hora de escoger área para mi último año, tenía tres opciones muy diferentes: Medicina, Educación y Relaciones Internacionales. Hay muchos doctores en la familia y me encantaba el poder ayudar a la gente, mejorando su salud, veía operaciones por televisión y realmente me interesaba mucho. Educación también se me hacía interesante porque me encanta aprender y por lo mismo ayudar a otros a hacerlo, sabía un poco cómo era porque daba muchas asesorías en las que, sin saberlo, aplicaba ciertos métodos pedagógicos con mis alumnos. Relaciones Internacionales me llamaba la atención por las razones que mencioné anteriormente, no tenía realmente fundamentos de qué iba a ser la carrera.

Tenía todo esto en la cabeza pero ninguna decisión tomada. Los examencitos de orientación vocacional no me ayudaron en nada porque salí con aptitudes de mecánico administrador, actividades al aire libre y de servicio social, que no tenían que ver mucho con mis carreras consideradas. Así que cuando tuve que decidir, fui a platicar con la psicóloga de la escuela que sabiamente me dijo que como no tenía impedimentos intelectuales para desarrollarme en cualquiera de las tres profesiones, que mejor pensara en la vida personal que quería. Medicina quedó fuera por eso, me encanta a la fecha, pero si quería ser mamá joven y darle lo mejor a mi familia, como cirujana pediatra probablemente iba a estar difícil. Educación también se fue por lo mismo, me gustaba pero el campo de desarrollo era algo limitado: docencia, o investigación e incluso burocracia, pero me di cuenta que no me llenaría. Así que por descarte quedé en el Área Económico-Administrativa y con Relaciones Internacionales, a la cual no le puse peros.

Después de un año en Puebla regresé a Chihuahua dispuesta a empezar. Poco a poco fui tomando ritmo y encariñándome más con la carrera, aceptando la idea de que me gusta ser una “todóloga especialista en nada”. Pero precisamente como tenía esa impresión inicial, me fui metiendo a diversas áreas, desde estar un tiempo trabajando en la administración municipal, hasta participar en los modelos de Naciones Unidas, pasando por laborar en empresas y hacer trabajo de campo de investigación de programas sociales. Fue en el área de las ONG’ s y con los intercambios internacionales que me di cuenta qué era lo que me gustaba: la política pública. Así que espero ahora que ya salí poderme desarrollar en esa área, ya les diré.

Para terminar Relaciones Internacionales, llevé la materia de Seminario de RI, que prácticamente resume todo lo que vimos en la carrera desde teorías hasta análisis de las noticias de actualidad y su relación con modelos e historia. El examen final, era el desarrollo de una tesina de tema libre. La verdad entre tanta cosa que he visto se me ocurrían muchísimos temas: tráfico humano, la falta de legislación internacional sobre temas de bioética y los problemas que se ocasionan, la familia en la arena internacional, los medios de comunicación y el manejo de estereotipos… Batallé demasiado en definir el tema, y sentía el tiempo encima, así que finalmente me decidí por un tema que después de graduada no creo que vuelva a investigar, algo totalmente diferente: Los estereotipos en el trabajo de las ONG’s de África Subsahariana.

Leí demasiado y me la viví pegada a la computadora por un mes, aunque la terminé escribiendo como en una semana, de locos y terminé agotada, pero valió la pena. Lo que me gustó de la tesina y de hecho fue lo complicado, fue que utilicé una teoría de Comunicación Intercultural como marco teórico, pero la apliqué de una manera nueva, hilándola con otras teorías, con el trasfondo histórico y con ejemplos. Quedó muy diferente, no fue cualquier trabajo de investigación. Cuando la entregué me sentí liberada y de hecho no volví a leer nada al respecto hasta la mañana de la presentación, pero me fue bien. Si a alguien le interesa leerla, ¡encantada se la mando! Los dejo con algunas fotos que me tomó mi hermanita trabajando y unas de mi firma de título y graduación. Ya después les contaré QUÉ es lo que sigue, cuando sepa.




martes, 9 de diciembre de 2008

Pronto

Estoy de "vacaciones" en el DF. Pronto volveré porque tengo muuucho que contar, no crean que he abandonado a mis pocos lectores, si es que aún los tengo, jaja.

Saludos chilangos, à bientôt!!!