domingo, 11 de octubre de 2009

Vivir

Ayer hubo un accidente en mi familia, nada grave, gracias a Dios todos estamos bien, pero sí nos llevamos un buen susto. A mí esto me hizo pensar en la vida, en cómo es realmente tan efímera y potencialmente cambiante, un segundo basta para que todo de un giro de 180º. En teoría lo sabemos, pero creo que la rutina y actividades de todos los días nos hacen olvidarlo. Son sucesos repentinos, como el de ayer, los que nos aterrizan de nuevo a la realidad.

Experimentar diversas emociones y considerar lo anterior me hizo darme cuenta que soy muy afortunada y que tengo que agradecerlo a Dios. Pero no quiero que sea un agradecimiento de esos que uno hace una vez y olvida, quiero que sea un agradecimiento actuado. Quiero agradecer viviendo, disfrutando de todo lo bueno que hay en mi vida. Si ésta ya es en sí muy complicada, ¿para qué complicarla más? Quiero simplificar las cosas, ver la realidad como es, tomar lo bueno, lidiar con lo malo y no centrarme en eso. ¡Quiero VIVIR, no sobrevivir!

miércoles, 5 de agosto de 2009

Unwritten

Hay algo increíble en poseer libertad y tener la posibilidad de construir nuestro propio futuro. Incluso en tiempos difíciles e inciertos queda la esperanza de que habrá un mañana mejor. He estado dándole vueltas a estos temas y a mi situación actual con mi, a veces imperante, necesidad de tener control y conciencia de qué va a pasar. Pero llego a la conclusión de que si bien da miedo jugarse la certidumbre y la estabilidad en una decisión, también proporciona un sentimiento agradable el soltar amarras, el dejarse ir sabiendo que hay muchas puertas por abrir y caminos por descubrir y recorrer.

¡Nada está escrito, cualquier cosa puede pasar!

viernes, 15 de mayo de 2009

Wear Sunscreen

Hace poco recordé un video que vi en Toulouse el año pasado, justo por estas fechas, mientras estudiaba para finales.


Me acuerdo que en el momento me gustó mucho. Ahora que lo he vuelto a ver, creo que resume la idea de este blog: amar cada día porque es único; disfrutarlo, hacerlo especial y sobretodo, vivirlo y no sobrevivirlo. A fin de cuentas, nuestra vida está compuesta de una cadena finita de días y el hoy es lo único que tenemos en nuestras manos.


Busqué la historia de este video, que aparentemente ha sido sujeto de mucha controversia en línea. No fue una idea original de Baz Luhrmann, quien hizo la canción, sino de una columnista del Chicago Tribune. Mary Schmich publicó "Advice, like youth, probably just wasted on the young" en 1997, como un discurso de graduación ficticio. El director hizo popular el escrito en su single musical, dirigiéndose a la Clase de 1999, año en que salió al aire. Como título intercambió el de la canción de "Everybody's Free (to feel good)" de su película Romeo + Juliet, por el de "Everybody's Free (to Wear Sunscreen)". Finalmente, el director australiano le encargó al artista Bill Barminski que hiciera el video para la canción y es el que les dejo aquí, con subtítulos en español.


¡¡¡Espero que lo disfruten!!!

miércoles, 1 de abril de 2009

Procrastinando...

Es media noche, tuve un día muy pesado en cuestiones laborales, tengo un trabajo pendiente de maestría que entregar para el jueves, debo levantarme mañana temprano para trabajar y... heme aquí procrastinando.

Después de reflexionarlo un poco, llegué a la conclusión de que no se que aprendí primero, si el significado de la palabra o a hacerla vida por mi actuar. No me meto a pensar más en esto porque sería como quedarse atorado en el huevo y la gallina.

Simplemente quería plasmar mi procrastinación, tener un recuerdo más tangible, aparte de las ojeras pasajeras o la somnolencia y el estrés que me deja. Tantas horas que he pasado dedicándome a ella en los últimos años, al menos durante carrera, han tenido frutos positivos también: grandes amistades que he cultivado mientras "trabajo"; sitios e información que he encontrado por andar navegando en los lugares diametralmente opuestos a los que debería revisar para x o y trabajo, pero que han sido muy útiles para otras cosas; libros que he releído bajo nueva óptica; inspiración que llega sólo bajo presión y que ha dejado como estela mágica ensayos e investigaciones con títulos como "Yo-yo, yo-tú: el doble como reflejo de la otredad del ser", por dar un ejemplo.

El considerar lo anterior me impide muchas veces dejar de procrastinar. De día, trato de no distraerme en la escuela o el trabajo. Pero cuando va entrando la noche, y aumenta la presión y disminuyen las horas, es cuando disfruto más la procrastinación. Estar plenamente despierta mientras que todos duermen es en cierta manera mi momento de estar sola, sin interrupciones externas. Esta soledad la aprovecho para encontrar todas las posibilidades que tengo en un momento específico aparte de las obligaciones, para dar rienda suelta a la creatividad, para tomar una especie de terapia conmigo misma que me permita reanudar las actividades incipientes de una mejor manera.

No se si algún día me decida a administrar mejor el tiempo, realmente me gustaría hacerlo. Tal vez cuando mi cuerpo me exija más sueño, o cuando me organice de tal manera que realice todas las actividades del día a su debido tiempo, dejando la noche y los fines de semana libres para el esparcimiento. El tiempo lo dirá. Mientras tanto, creo que seguiré incluyendo a la procrastinación como parte de mi rutina casi diaria y pensando en la frase: "I'll stop procrastinating... TOMORROW."

viernes, 6 de marzo de 2009

Circle of Life

Una de las películas de mi infancia que más recuerdo es la del Rey León. Aparte de que la vi el día en que cumplí 8 años, mi hermanita pequeña la quería ver todos los días, así que hubo un momento en que todos en mi casa nos la sabíamos de memoria.

Pero, entrando en el tema, uno de los motivos por lo que me gusta mucho es por su soundtrack. Especialmente me agrada la estrofa inicial de la canción que da título a este post. Así que profundizaré en ella.

From the day we arrive on the planet
And blinking, step into the sun
There's more to be seen than can ever be seen
More to do than can ever be done


Creo que me acuerdo constantemente de esta frase porque toca una verdad innegable: hay límite en lo que se puede ver, aprender, disfrutar, en pocas palabras VIVIR. Muchas veces me he cuestionado la trascendencia de una decisión pequeña, el leer un libro y no otro, ir o no ir a una actividad cultural, un viaje, etc. Hay costos de oportunidad en cada decisión que se toma. Tal vez esa sea una de las razones por las que me cuesta decir que no a las oportunidades que se me presentan, prefiero atiborrar mi agenda, no descansar tanto o incluso terminar rendida al final de un día o de un proyecto, a pensar que pude haber hecho algo y no lo hice. Y mejor ni empiezo con las decisiones más trascendentales... dónde trabajar, en qué ciudad vivir, con qué tipo de personas rodearse, etc.

Lo que me impresiona es que estas decisiones grandes, estas rutas que vamos haciendo y siguiendo en la vida muchas veces surgen de simples veredas, decisiones que no razonamos tanto y que tal vez cambiaríamos si supiéramos la trascendencia que tendrán. No creo en la suerte, creo que cada quien va haciendo la suya propia. Pero considerando todo lo anterior, el impacto de las decisiones, cómo se aprovecha el tiempo limitado y si se le saca "el jugo" que se le puede sacar a la vida según la situación personal... está cañón. Sobretodo porque muchas veces se nos va de la cabeza la idea de que nuestra vida es una y finita, cada segundo que pasa es un segundo que no regresará.
Darle vueltas a estas cuestiones puede resultar desesperante a veces. No hay respuestas claras a si uno ha hecho o no decisiones correctas, a fin de cuentas el hubiera no existe. Lo decidido, lo hecho, hecho está y lo que nos queda es el ahora y la posibilidad del futuro. Pero creo que uno puede decidir aprovechar la vida al máximo, disfrutando cada momento con lo que venga y planeando y razonando en la medida de lo posible hacia dónde se quiere orientar la vida, sin que esto sea definitivo.
Me sorprendí a mi misma al revisar el "plan de carrera" que nos pidió Carmen, la Directora de LRI, y ver que lo que quería hace 5 años es lo que he hecho o estoy haciendo y sigo queriendo. Tal vez en ese momento no sabía los cómos pero sí sabía en manera general a dónde iba. Eso calmó un poco mis inquietudes de pensar en las decisiones apropiadas en mi vida, especialmente después de las incertidumbres de graduación de diciembre pasado. Gracias a Dios puedo decir que estoy satisfecha y muy contenta de dónde estoy ahorita y que creo que voy en el rumbo correcto en mi vida en general.

Como conclusiones a mis cavilaciones les dejo algunas ideas que leí la semana pasada en la maestría “Unas Lecciones de Metafísica” de José Ortega y Gasset. Especialmente me gustó la última frase. ¡Disfruten!

El vivir, en su raíz y entraña misma, consiste en un saberse y comprender, en un advertirse y advertir lo que nos rodea, en un ser transparente a sí mismo. Por eso, cuando iniciamos la pregunta ¿qué es nuestra vida? pudimos sin esfuerzo, galanamente, responder: vida es lo que hacemos; claro, porque vivir es saber que lo hacemos, es, en suma, encontrarse a sí mismo en el mundo y ocupado en las cosas y seres del mundo.

Nuestra vida, según esto, no es sólo nuestra persona sino que de ella forma parte nuestro mundo: ella – nuestra vida – consiste en que la persona se ocupa de las cosas o con ellas, y evidentemente lo que nuestra vida sea depende tanto de lo que sea nuestra persona como de lo que sea nuestro mundo.

Vivimos aquí ahora; es decir, que nos encontramos en un lugar del mundo y nos parece que hemos venido a este lugar libérrimamente. La vida, en efecto, deja un margen de posibilidades dentro del mundo, pero no somos libres para estar o no en este mundo que es el de ahora. Sólo cabe renunciar a la vida, pero si se vive no cabe elegir el mundo en que se vive. Esto da a nuestra existencia un gesto terriblemente dramático. Vivir no es entrar por gusto en un sitio previamente elegido a sabor, como se elige el teatro después de cenar, sino que es encontrarse de pronto y sin saber cómo, caído, sumergido, proyectado en un mundo incanjeable: en este de ahora. Nuestra vida empieza por ser la perpetua sorpresa de existir, sin nuestra anuencia previa, náufragos en un orbe impremeditado. No nos hemos dado a nosotros la vida sino que nos la encontramos, justamente, al encontrarnos con nosotros. Un símil esclarecedor fuera el de alguien que dormido es llevado a los bastidores de un teatro y allí, de un empujón que lo despierta, es lanzado a las baterías, delante del público. Al hallarse allí ¿qué es lo que halla ese personaje? Pues se halla sumido en una situación difícil sin saber cómo ni porqué, en una peripecia; la situación difícil consiste en resolver de algún modo decoroso aquella exposición ante el público, que él no ha buscado ni preparado ni previsto. En sus líneas radicales la vida es siempre imprevista. No nos la han anunciado antes de entrar en ella – en su escenario, que es siempre uno concreto y determinado –, no nos han preparado.

La vida nos es dada – mejor dicho nos es arrojada o somos arrojados a ella –, pero eso que nos es dado, la vida, es un problema que necesitamos resolver nosotros, Y lo es no sólo en esos casos de especial dificultad que calificamos peculiarmente de conflictos y apuros sino que lo es siempre. Cuando han venido ustedes aquí han tenido que decidirse a ello, que resolverse a vivir este rato en esta forma, que traerse a sí mismos aquí. Dicho de otro modo: vivimos sosteniéndonos en vilo a nosotros mismos, llevando en peso nuestra vida por entre las esquinas del mundo. Y con esto no prejuzgamos si es triste o jovial nuestra existencia: sea lo uno o lo otro está constituida por una incesante forzosidad de resolver el problema de sí misma.

Por lo mismo que nuestra existencia es en todo instante un problema, grande o pequeño, que hemos de resolver sin que quepa transferir la solución a otro ser, quiere decirse que no es nunca un problema resuelto, sino que en todo instante nos sentimos como forzados a elegir entre varias posibilidades. ¿No es esto sorprendente? Hemos sido arrojados en nuestra vida, y a la vez, eso en que hemos sido arrojados tenemos que hacerlo por nuestra cuenta, por decirlo así, fabricarlo. O dicho de otro modo: nuestra vida es nuestro ser. Somos lo que ella sea y nada más; pero ese ser no está predeterminado, resuelto de antemano sino que necesitamos decidirlo nosotros, tenemos que decidir lo que vamos a ser.

Vida es lo que somos y lo que hacemos: es, pues, de todas las cosas la más próxima a cada cual. Pongamos la mano sobre ella, se dejará apresar como una ave mansa.

martes, 17 de febrero de 2009

J'aime la danse!!!


Después de 13 años que llevo bailando, sigo amando el ballet. Cuando estaba chiquita, la mayoría de mis amigas estaban en clases, mientras que yo siempre andaba en Preescolares o en tennis, o en algo más dinámico. Después de insistirle mucho a mi mamá, entramos mi hermana y yo al ballet. Todavía me acuerdo de mi primera impresión del salón grande de la escuela, muy iluminado y con el piso de madera.

Ana C sólo se quedó por un año, pero yo seguí, pasé de usar calcetines y zapatillas de piso, a ponerles listón, a usar mallas y finalmente mis primeras zapatillas de punta. También empecé a bailar en algunos festivales, el primero, Conservatorio, basado en los cuadros de Edgar Degas, después Cascanueces, Raymonda, La Bayadère, Cascanueces de nuevo, Joyas y Pedro y el Lobo y otra vez Cascanueces. Últimamente no he bailado porque he estado fuera para los tres festivales pasados, pero definitivamente es uno de los mejores sentimientos el salir a escenario, sentir las luces y la música y dejarse llevar con ella para deleitar al público.

Se que nunca seré una prima ballerina y no es mi intención. Bailo para mí misma, para mejorar un poquito más cada día, por eso ir a clase no es monótono, siempre se puede hacer algo más y la verdad tengo una maestra que hace las clases muy dinámicas. Algunas veces se concentrará en trabajo de pies, otras en turnout, otras en passés, otras en allegro, etc.

Me encanta llegar a clase al final del día, después del trabajo y todo lo que ha pasado para dejarlo fuera y centrarme en el movimiento de mi cuerpo, la música, los pasos, la coreografía. Ahí saco todo, me relajo y a la vez me canso lo necesario para llegar a gusto a mi casa y descansar.

Se me hace chistoso que muchas niñas que antes bailaron ahora me dicen que qué padre que sigo en el ballet, que no me salí como ellas. Nada más sonrío y pienso en todo el camino recorrido. Sí ha tomado esfuerzo, un día que no vas es un día que te vas para atrás, y ni se diga cuando te sales por un año como ya lo he hecho, pero no cambio al ballet por nada. J'aime la danse!!!

domingo, 8 de febrero de 2009

Humor Negro

Hace dos semanas, salí del festejo de Caty. Mi papá y mi hermano pasaron por mí y en el apuro de decirles que ya estaba lista, no vi un escaloncito y me fui hasta el piso. Fran, desde la troca, dijo muy acertadamente “¡Suelo!” y le dijo a mi papá que me había caído. Yo me paré lo más rápido que pude y ni voltee atrás de la pena, me subí a la troca entre las risas de mi hermano y el “Pobrecita, ¿qué te pasó?” de mi padre.

El humor de mi hermano ante la desgracia ajena no es único en la familia, yo le he hecho eco muy bien y hasta he defendido el punto. Me acuerdo perfecto un día en que estábamos visitando a una tía abuela. Tenía una perra Cocker Spaniel ya viejita y medio brava. Yo me acerqué a acariciarla y mi hermanita se vino detrás de mí, pero en cuanto toqué a la perra, ésta brincó y trató de morder a Cecy, aunque no lo logró. Mi hermana que tendría entonces como seis años, se asustó y empezó a llorar. Cuando vi que no había pasado nada, me dio mucha risa todo el hecho. Mi mamá sin embargo, no vio las cosas desde la misma óptica y me regañó por mi chispa cómica mientras consolaba a mi hermanita.

Yo le dije que fue una reacción espontánea que hasta Mark Twain lo había dicho. Procedí a explicarle a ella y a mi tía lo que había visto ese día en clase de Lectura y Redacción. Era un cuento corto de Twain sobre una joven pareja que se iba a casar, pero que iba retrasando la boda a medida de que le ocurrían una serie de desgracias al hombre, que perdió los brazos, las piernas, la vista, y para rematar, terminó cacarizo de la cara. No me he podido acordar del título, aunque lo he buscado desde entonces, ni del final. Lo que sí recuerdo son las conclusiones que daba el autor, de que el humor negro, el reírnos de las desgracias ajenas, es una reacción natural generada por el alivio inconciente de que no nos hayan ocurrido a nosotros.

No convencí a mi mamá con mi explicación, aunque a mi tía le causó mucha gracia y me platicó una anécdota en que mi abuela había reaccionado igual que yo. En lugar de espantar a un perro que se le había echado a mi bisabuela, sólo se pudo reír mientras su mamá le pedía ayuda. Después de eso, mi mamá ya no mencionó nada al respecto y se le pasó el enojo por mi humor negro.

Desde entonces, he presenciado y protagonizado muchos pequeños accidentes y pérdidas de equilibrio. Cuando fui a una secundaria pública hace poco a ver un programa piloto de educación, me resbalé en el piso de cemento y caí de sentón. Unos niños que estaban jugando en el recreo soltaron la carcajada pero inmediatamente vinieron amablemente a preguntarme si estaba bien y a disculparse por haberse reído. No se preocupen, les dije visualizando mi caída y sonriendo, yo hubiera hecho lo mismo.

domingo, 25 de enero de 2009

¡Felicidades, Ito!

Ayer cumplió 86 años mi abuelo. Le hicimos, bueno, más bien mi abuela y mis tías, le organizaron una comida sorpresa con toda la familia y sus amigos. Vinieron tíos abuelos y primos del DF y de Guadalajara y muchos de sus amigos, lo que él no se esperaba, pues se suponía que comeríamos tranquilamente, más en petit comité.

Fue muy emotivo verlo tan contento y sobretodo tan bien física y mentalmente. Especialmente bonito fue el poder demostrarle cuánto lo queremos. Improvisamos algunas palabras, mi papá y mi tía a nombre de mi familia, luego mi primo mayor intentó en nombre de los nietos pero dimitió después de varios intentos en que le ganó la emoción, por lo que yo inesperadamente lo substituí.

Quiero recuperar algunas ideas de mi speech aquí:

Como Dany empezó a decir, considero a mis abuelos como un regalo que Dios nos dio a todos sus nietos. Son un testimonio de amor y de entrega en el matrimonio y en la familia. Me encanta platicar con Ito sobre cualquier tema, me gusta visitarlo muy seguido para que me comparta sus sabios consejos o sus ideas y opiniones sobre lo que pasa en el mundo. Le admiro su interés por vivir que mucha gente, aún joven, ni siquiera tiene. Le encanta viajar, trabajar y ser independiente, lleva aún hoy en día todos los asuntos relacionados con el negocio familiar, aunque no lo visite tan seguido. Me dice que no le gusta leer novelas o historias que ya pasaron, que prefiere la actualidad, estar al día con periódicos y revistas y hasta con la tecnología (tiene su propia laptop, checa su mail, compra cosas en línea, etc.) Vive cada día con su propio afán, como si fuera el primero y a la vez el último, disfruta de la vida y sobretodo se centra en lo más importante, como él mismo lo recalcó ayer: Dios.

Por todo eso y mucho más, ¡¡¡te queremos mucho, Ito!!!

PD. Les dejo algunas fotos de mi querido abuelo y del festejo…

Manejando en la Puri

Listos para salir

La bienvenida

El brindis de Tita

Mi Tía Cecy y yo con Ito


Con sus cinco hijos

lunes, 12 de enero de 2009

Noticias de Enero

Me da risa ver cómo el 2009 me ha traído bastantes sorpresas, agradables, pero obviamente inesperadas. Primero que nada ya estoy de regreso en la oficina, como les había dicho antes. Estoy en Investigación y Enlace, super contenta. La verdad entre las opciones que tenía era la que más me gustaba. Tengo muchos proyectos este año y aunque la primera semana de trabajo oficial estuvo tranquila, se que de aquí en adelante estaré más ocupada.

En segundo lugar, empezaré Maestría en Ciencias de la Familia esta semana. Desde que supe de la maestría supe que quería hacerla y la oportunidad se presentó ahora, va a ser presencial aquí cada dos fines, y vale la pena así que me lancé. El plan de estudios está muy padre y variado y se complementa con mi trabajo y con mi carrera. Especialmente creo que se compaginará bien con una maestría en política pública y programas sociales, que quiero hacer más adelante. El viernes pasado me decidí, así que mis cortas vacaciones sin tareas después del trabajo, llegaron a su fin. Puedo decirles que en serio las disfruté, llegar a mi casa y no tener nada que hacer hasta el día siguiente... Al rato tendré otras, pero también disfrutaré no salir de la escuela y dejar de leer y estudiar.

Este año aparte quiero seguir con el ballet, el bel canto y si se puede el francés para no perder todo lo que mejoré en Toulouse. Trato de hablarlo y leerlo lo más seguido posible pero sí siento que estoy un poco oxidada. Espero organizarme bien para poder hacer todo sin estresarme. Les platicaré después como voy cuando empiece todas las actividades.

À bientôt!!!