jueves, 21 de abril de 2016

Hoy enseñé a pedir deseos

Lo hice sin quererlo, sin siquiera pensarlo. Hoy enseñé a alguien como pedir deseos. Fue a mi sobrinita de tres años. La lección ocurrió durante la llamada matutina con ella y la abuela. Entre las explicaciones de su tarea sobre insectos y las creaturas que encontraba en el jardín, mencionó los dientes de león. “¿Qué haces con ellos?”, le pregunté. “Soplarlos”, me contestó segura, la respuesta era obvia para ella. Le dije, “Pero también puedes pedir un deseo, ¿sabes qué es eso?” Tras su contestación negativa le dije: “es cuando quieres algo mucho mucho y lo dices. Mira, yo deseo ahorita poder regresar a mi cama, ponerme pijamas y volverme a dormir porque estoy muy cansada”. “¿Por qué estás cansada?”, preguntó sorprendida.  “Porque dormí muy poquito, por eso deseo mi cama rica. ¿Tú qué deseas, abuela?” Mi madre, maestra nata, hizo su propio deseo comprensible para la nieta “yo deseo una malteada de fresa riquísima”. Finalmente, sabiendo que había llegado su turno, mi sobrina pensó brevemente y dijo “yo deseo… ¿qué podré desear?” La abuela le ayudó, “ayer fuimos a los jueguitos cuando compramos una nieve, ¿te acuerdas? A lo mejor puedes desear volver a los jueguitos”. No requirió más explicación, “yo deseo ir a los jueguitos”.

La conversación, como ocurre con mentes muy jóvenes, cambió de rumbo repentinamente. No fue hasta después que la recordé y analicé lo que había hecho. Mi sonrisa inicial desapareció rápido cuando vi el impacto de mi aparentemente inocente acción. Se me vino a la mente el siguiente pasaje de J.K. Rowling:

“Can you think what the Mirror of Erised shows us all?" Harry shook his head.

"Let me explain. The happiest man on earth would be able to use the Mirror of Erised like a normal mirror, that is, he would look into it and see himself exactly as he is. Does that help." 
Harry thought. Then he said slowly, "It shows us what we want... whatever we want..." 
"Yes and no," said Dumbledore quietly. 
"It shows us nothing more or less than the deepest, most desperate desire of our hearts. You, who have never known your family, see them standing around you. Ronald Weasley, who has always been overshadowed by his brothers, sees himself standing alone, the best of all of them. However, this mirror will give us neither knowledge or truth. Men have wasted away before it, entranced by what they have seen, or been driven mad, not knowing if what it shows is real or even possible.

"The Mirror will be moved to a new home tomorrow, Harry, and I ask you not to go looking for it again. If you ever do run across it, you will now be prepared. It does not do to dwell on dreams and forget to live, remember that. Now, why don't you put that admirable cloak back on and get off to bed.”
 
                 ― J.K. Rowling, Harry Potter and the Sorcerer's Stone


Pensé apesadumbrada, “la enseñé a desear, a estar insatisfecha, inconforme con el status quo o peor aún, con ella misma, a siempre buscar algo más”. Pero continué reflexionando sobre el tema y concluí que desear es algo humano. Tarde o temprano, no sé cuándo (le pregunté a Google al respecto pero no encontré respuesta), todos empezamos a formular y pedir deseos. Con el tiempo la expresión de esos deseos se queda cada vez más en nuestro fuero interno, ya sea por falta de espontaneidad, miedo, superstición o algún otro de los límites y capas con las que vamos recubriéndonos. Incluso corremos el riesgo de tener deseos escondidos entre los pliegues de la “conciencia”a veces tan inconsciente, de poseerlos sin darnos cuenta de ellos.

Ante esta disyuntiva, la de la insatisfacción de lo no cumplido o alcanzable, y la desaparición de la conexión y conocimiento interno, deseo para la nueva pedidora de deseos el equilibrio. Que nunca pierda la ilusión y capacidad de hacer un deseo y lanzarlo al universo, pero que tampoco permanezca tanto en lo potencial, olvidándose de lo real y de agradecer y vivir el presente con todo lo bueno y malo que este trae. Cerré los ojos, confirmé mi petición y sonreí.


“It seems to me we can never give up longing and wishing while we are still alive. There are certain things we feel to be beautiful and good, and we must hunger for them.” 
 
George Eliot