lunes, 20 de octubre de 2008

Ejercicio Matutino

Contrario a lo que sucede en muchas casas, en la mía seguimos eventos deportivos gracias a mi mamá. Es una entusiasta deportiva, siempre los ha practicado y nos ha motivado en que lo hagamos también. Mi papá también lo hace, sólo que no tiene mucho tiempo para ser constante en alguno y menos para seguirlos por televisión.

Este domingo, como ocurre desde hace varios años, fue el medio maratón 21K Oxxo. A pesar de que me dormí como a las 2:00 am, le pedí a mi mamá que me levantara para verlo con ella. Me costó demasiado trabajo levantarme, y estuve a punto de quedarme en la cama, pero una vez parada seguí a mi mamá a la esquina de nuestra calle, que ya estaba cerrada. Como no la vi, inmediatamente caminé hasta el Oxxo de la siguiente esquina, donde estaba, como supuse, comprando un café. Yo aún medio dormida, también me preparé uno mientras esperábamos a que pasaran los primeros corredores con el periódico y un libro de África.

Como a los 20 ó 22 minutos de haber comenzado, pasaron los punteros es decir los kenianos. Siempre vienen y es impresionante verlos correr, o más bien volar, sobre el pavimento.


Ya después de un rato pasaron los primeros competidores en silla de ruedas y poco muy de cerca las primeras mujeres, también de Kenia. También empezaron a pasar los tarahumaras. Siempre me impacta verlos correr porque van a la par de los otros competidores, pero como sus trajes típicos y huaraches de llanta y cuero (los hombres) o de plataforma de plástico (las mujeres).


Definitivamente hacen honor al nombre de rarámuris, “los de los pies ligeros”. De hecho son muy buenos para correr largas distancias, el maratón les queda corto porque siempre van a campo traviesa por muchísimos kilómetros más. El otro día, me topé en el Discovery Channel con programa en que algunos atletas norteamericanos con sus mejores tennis y preparación física empezaban un juego de pelota con un grupo de tarahumaras. El juego consiste en patear una bola de madera sólida a través de una ruta muy larga. Claro que antes la mitad del camino la mayoría de los pobres “super atletas” ya estaban demasiado agotados o lastimados para seguirles el paso a los rarámuris.

Regresando al maratón, lo bonito de ir a apoyar a la gente un ratito es precisamente eso, ver los esfuerzos que cada quién hace de vencerse, de conquistar una meta y llegar al final. Se puede ver desde jóvenes hasta viejitas que uno pensaría que no se pueden tener en pie pero que sin embargo corren. También corren invidentes, equipos, gente de otros estados, papás con sus hijos, de todo se puede ver. En esta ocasión nos tocó echarle porras a dos tíos, a un profe del Tec, a un profe del Alpes, a la hija de una amiga de mi mamá y a mi amigo Chitika.

Les aplaudimos casi a los últimos corredores antes de regresar a la casa a descansar de tanto ejercicio.

1 comentario:

- dijo...

Waaaaaaai! que padre!!

Ni idea que pasara por tu casa jaja.

Cuando empezé a leer el post pensé: ijos, fue a correr!! pero nada, nomás a ver... jaja.