lunes, 3 de noviembre de 2008

MUNRI

Hace dos semanas participé en el Modelo de las Naciones Unidas de Relaciones Internacionales, mejor conocido como MUNRI. Fue mi quinta participación y la cuarta vez que representé a la República Popular China en el Consejo de Seguridad.

Aunque la primera vez entré al modelo fue obligada por mi directora de carrera, las otras veces ha sido por amor al arte, porque vaya que he tenido muchas cosas que hacer como para encerrarme tres días en las discusiones formales de MUNRI.

Participar en el modelo implica conocer e intentar dominar rápidamente el protocolo internacional de la ONU. Entre lo importante: hablar en tercera persona SIEMPRE y entender términos como caucus inmoderado o moción de privilegio personal. Pero además se necesita conocer bien las posturas del país que se representa, en general su proceder internacional y en particular sus declaraciones y/o acciones sobre el tema que se está discutiendo en la mesa.

El primer año fui India en el Comité de Desarme pero cambie a China en el Consejo de Seguridad a partir del 2005. Creo que me encanta representar a este país por el pragmatismo con el que se mueve en la arena internacional. Yo me considero bastante clara en mis posiciones, nunca me definiría como pragmática, por lo que asumir el papel de delegada china es como actuar, meterse a representar y a defender posiciones casi totalmente ajenas a las propias. Además, ser país poderoso con derecho a veto es muy divertido.

Ahora, viendo en retrospectiva mis participaciones, se me hace interesante la evolución. Definitivamente la práctica hace al maestro. En mi segundo MUNRI, que entré con los “dinos” (los RI’s a punto de graduarse), me mortificaba cuando hacía una declaración y alguno de ellos me veía y me preguntaba si estaba segura de lo que acababa de decir. En el modelo pasado y en éste, sentí cómo se invirtieron los papeles, ahora yo me sentía la “dino” cuando los delegados de primeros semestres me volteaban a ver a mí, como si fuera toda una experta en el tema de la crisis de Sudán. Me reía para mis adentros pensando que más que dominio de las guerras africanas y la injerencia china en ellas, es cuestión de aprender el “arte del bluff”: decir las cosas con seguridad y como si fueran la verdad absoluta. Estoy segura de que la mayoría de los ahí presentes la amaestrarán tarde o temprano, como buenos RI’s, y que será motivo de queja de los compañeros de las otras carreras con los que llevarán clase. Como dijo el filósofo Will Durant, “To say nothing, especially when speaking, is half the art of diplomacy.”

Ya fuera de bromas, en serio extrañaré el MUNRI, ha sido parte de la experiencia de Relaciones Internacionales. Aunque no pienso hacer carrera diplomática, participar me ha ayudado a negociar mejor y a desarrollar soluciones creativas para problemas muuuuyyy complicados.

Para terminar les dejo otro de mis trabajos, este fue el final de la clase de Semiótica de primer semestre, “Análisis Semiótico de una Obra Cinematográfica: La Pasión de Cristo”. Cómo ha pasado el tiempo...

1 comentario:

- dijo...

Oh Munri... como olvidarlo.

Tanta cosa que pasó allí. Lo recuerdo con cariño, especialmente los primeros, que fueron mis favoritos.

Oh la juventud... jaja.