domingo, 8 de febrero de 2009

Humor Negro

Hace dos semanas, salí del festejo de Caty. Mi papá y mi hermano pasaron por mí y en el apuro de decirles que ya estaba lista, no vi un escaloncito y me fui hasta el piso. Fran, desde la troca, dijo muy acertadamente “¡Suelo!” y le dijo a mi papá que me había caído. Yo me paré lo más rápido que pude y ni voltee atrás de la pena, me subí a la troca entre las risas de mi hermano y el “Pobrecita, ¿qué te pasó?” de mi padre.

El humor de mi hermano ante la desgracia ajena no es único en la familia, yo le he hecho eco muy bien y hasta he defendido el punto. Me acuerdo perfecto un día en que estábamos visitando a una tía abuela. Tenía una perra Cocker Spaniel ya viejita y medio brava. Yo me acerqué a acariciarla y mi hermanita se vino detrás de mí, pero en cuanto toqué a la perra, ésta brincó y trató de morder a Cecy, aunque no lo logró. Mi hermana que tendría entonces como seis años, se asustó y empezó a llorar. Cuando vi que no había pasado nada, me dio mucha risa todo el hecho. Mi mamá sin embargo, no vio las cosas desde la misma óptica y me regañó por mi chispa cómica mientras consolaba a mi hermanita.

Yo le dije que fue una reacción espontánea que hasta Mark Twain lo había dicho. Procedí a explicarle a ella y a mi tía lo que había visto ese día en clase de Lectura y Redacción. Era un cuento corto de Twain sobre una joven pareja que se iba a casar, pero que iba retrasando la boda a medida de que le ocurrían una serie de desgracias al hombre, que perdió los brazos, las piernas, la vista, y para rematar, terminó cacarizo de la cara. No me he podido acordar del título, aunque lo he buscado desde entonces, ni del final. Lo que sí recuerdo son las conclusiones que daba el autor, de que el humor negro, el reírnos de las desgracias ajenas, es una reacción natural generada por el alivio inconciente de que no nos hayan ocurrido a nosotros.

No convencí a mi mamá con mi explicación, aunque a mi tía le causó mucha gracia y me platicó una anécdota en que mi abuela había reaccionado igual que yo. En lugar de espantar a un perro que se le había echado a mi bisabuela, sólo se pudo reír mientras su mamá le pedía ayuda. Después de eso, mi mamá ya no mencionó nada al respecto y se le pasó el enojo por mi humor negro.

Desde entonces, he presenciado y protagonizado muchos pequeños accidentes y pérdidas de equilibrio. Cuando fui a una secundaria pública hace poco a ver un programa piloto de educación, me resbalé en el piso de cemento y caí de sentón. Unos niños que estaban jugando en el recreo soltaron la carcajada pero inmediatamente vinieron amablemente a preguntarme si estaba bien y a disculparse por haberse reído. No se preocupen, les dije visualizando mi caída y sonriendo, yo hubiera hecho lo mismo.

3 comentarios:

- dijo...

Yo me confiezo culpable de reirme de las graciosadas que has protagonizado, pero tu tienes la culpa. Me limpio de todo cargo.

La verdad es que me da corte reirme a la hora en que pasan esas cosas, pero ya después cuando se platican, ah como es divertido!

La última que me pasó fue en un templo bien famosillo de Kyoto, estaba lloviendo y me resbalé en unas escaleras de pierdra. Un amigo que iba conmigo me ayudó inmediatamente y preguntó si estaba bien, y aunque lo disimuló, noté en las comisuras de los labios resistencia a reirse :P.
Ah que cosas.

Espero que este año nos llenes de más episodios para tener material de que reirnos en un futuro.

De la manera más amable y atenta, su inocente compañera.

eljuglardetere dijo...

Hay niñas! jajajaja
Lo que más se me viene a la mente con esto de las caídas y las risas es aquella vez que LC se cayó en la cafeteria porque alguien había tirado un mega balde de aceite! Fue super caricaturesco! Sólo faltaba que el balde de aceite tuviera la marca "ACME". Sobra decir que reí en EL momento y en las incontables veces que lo hemos contado después!

Les cuento que ayer me estrellé contra unos arbustos en la bici!! jajajaja Unos chavos me vieron a lo lejos, pero creo que sólo se quedaron con cara de "ay q pena con esa niña jajaja" xq no escuché risas estridentes! Pero bueno! jiji

Apenas me estoy iniciando en esto de los blogs pero ya lo amo!

Las quieroo!

mariana-e dijo...

Jajaj efectivamente es lo padre del humor nuevo. Da para ese instante y para mucho más.

Bris: Como te dije tienes mi permiso para seguir disfrutando de mi eventual clumsiness :)

Tere: Esa de LC es histórica!!! La recordamos el día de tu despedida. Y sobre caídas en bici, también tengo un buen repertorio de esas, algún día escribiré de eso. Síguenos informando de tu vida nórdica!!!