Lunes de Pascua (asueto en Francia), 8:40 am y yo levantada y lista para el día después de haberme desvelado no solo ayer si no también antier. Se preguntarán el por qué de tal masoquismo y algunos que conocen mis hábitos de dormir hasta se sorprenderán de que no haya apagado el despertador y de que sí me haya podido levantarme temprano. La respuesta del por qué soy probablemente la única persona despierta ahorita en Chapou la tiene San Félix.
Pero empezaré de más atrás. Desde hace un rato, como un mes, estábamos platicando algunos amigos Erasmus y se nos ocurrió que sería bueno hacer una comida de Pascua entre todos. Quedamos de pensar en dónde la podríamos hacer y en investigar si alguno de los que viven en depa se animaría a recibirnos. Pasó más tiempo y pensamos que tal vez estaría bien un picnic a la orilla de
Pero volviendo a la historia… toda la semana el clima estuvo horrible, parece que estamos todavía en pleno invierno y no en primavera. Todos estábamos esperando que mejorara el clima para el domingo y yo personalmente creí que después del ventarrón y la lluvia del Viernes Santo, el Domingo de Pascua iba a estar hermoso, pero no, amaneció igual de frío y gris. El sábado empezamos a correr la voz entre los Erasmus que íbamos a estar aquí que cada quien fuera comprando algo para llevar, porque no hay súpers abiertos los domingos y menos en Pascua, y que íbamos a ver si pedíamos un salón de juegos aquí en Chapou.
Una amiga checa, Gabi, también nos dijo que podíamos usar la cocina de Arsenal (otra residencia, la que queda al lado de la universidad) en todo caso, que había tres mesas y que ahí cabríamos como unas 15 personas. Así que al amanecer el domingo frío y recibir la noticia que la sala de juegos de Chapou se tenía que reservar, por fin quedó la fiesta en la cocinita. En lo que las 20 personas de 11 diferentes nacionalidades llegaban se hizo tarde y empezamos a comer como a las 3:00pm, muy tarde para el horario francés al que ya estamos acostumbrados, y no se si fue por el hambre, pero la verdad todo se me hizo delicioso. Había diferentes vinos y quesos, las típicas baguettes, los brasileiros hicieron un risotto y compraron pollo asado, las latinas hicimos una ensalada y llevamos botanas y los suizos llevaron como una ensalada de papas y pickles muy rica. Y de postre muchas galletas y chocolates, así que estuvo bueno el festejo. Davide, un italiano, y Mike, tocan la guitarra así que terminamos cantando (les subiré un video que tomó mi amiga Diana de Colombia) y platicando en la cocinita esa, jaja.
Ahí fue cuando Wei Pao, una amiga holandesa de origen chino nos dijo a todos de que en un pueblito que se llama Saint Felix de Lauragais iba a haber fiesta de Pascua, que ahí hacen un festival medieval y que había un camión de ida y vuelta muy barato (10 euros) y que valía mucho la pena ir. Varios estábamos puestos, porque Toulouse está muerto hoy no hay nada que hacer, así que quedamos de levantarnos temprano para vernos en la estación.
Yo desvelada y resistiendo a la vocecita de mi cabeza que me decía que me quedara en la cama calientita y me volviera a dormir, me levanté temprano, me bañé y estaba a punto de hacer el sándwich para el viaje cuando me llegó un mensajito de Wei diciendo que la disculpáramos por levantarnos temprano pero que nos tenía la mala noticia de que se había equivocado y que no había camión hoy, sólo se podría llegar a Sain Felix por carro y como nadie tiene, obviamente no habría viaje. Literalmente nos quedamos vestidos y alborotados con una Pascua Feliz y un Saint Felix no tan feliz, pero bueno, ahorita me está llamando Morfeo a que lo acompañe un ratito así que tal vez no está tan mal jaja.
A bientôt!!!
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